Hoy es un día normal. O complicado. O bueno. A veces no se sabe.
A veces se siente como si estar “bien” fuera una isla remota, a la que solo se llega por accidente. Pero no, está más cerca de lo que creemos, aunque a ratos no se vea, como si jugara a las escondidas con nosotros.
Hoy no necesitas resolverlo todo.
Basta con recordar esto:
Lo bueno suele no notarse de inmediato.
Hay cosas pequeñas que se están acomodando, aunque no se dejen ver.
Y tú, incluso en pausa, también cuentas como avance.
Si te sirve, aquí van tres anclas suaves para el día:
Toma agua como si fuera un mensaje secreto para tu cuerpo.
Mira hacia afuera durante 30 segundos. No importa qué veas. Solo mira de verdad.
Susurra algo: una palabra, un nombre, una idea sincera.
Por hoy, quizás no cambie el mundo.
Pero puede darte un lugar más firme desde donde sostenerlo.